sábado, 23 de octubre de 2010

Inesperadamente.

Te arropaste con la sábana esperando a que él se tumbara al otro lado de la cama. Entonces encontraste que se puso encima tuya.

-¿Tú no ibas a dormir? -Le dijiste algo sorprendido.-

-A eso voy, ésto solo es el beso de buenas noches. -Juntó sus labios con los tuyos, entreabriéndolos para encajarlos a la perfección. Sonreíste al notar sus labios y los besaste con dulzura. Se separó lentamente de ti mirándote.- Buenas noches, descansa, pequeño.

-Te quiero príncipe. -Dijiste sin esperar ninguna respuesta del estilo de tus palabras.-

-Y yo. -Dijo él-

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