Y la confusión reinó en ella.
La agonía quería apoderarse de su corazón.
Un corazón que ya no latía, estaba parado.
Muerto en vida, caminó vagabunda entre los árboles, buscando un az de luz que le guiara de nuevo a su camino.
Rumbo a su destino se adentró en el espeso bosque, siguió andando sin un camino fijo al que seguir.
Mientras caminaba iba recordando las palabras de su amado:
"Yo...No te quiero..."
Entonces notó como éstas palabras retumbaban en sus oídos como si las estuvieran emitiendo por un megáfono. Entonces empezó a sentir como unos pinchazos invadían su pecho.
Se derrumbó dándose por vencido sobre el suelo frío.
Se arropó lentamente con las hojas húmedas de éste y entonces se preguntó: "La luz se desvanece, se disipa. ¿Es posible capturar un az de luz...eternamente?"...
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